Pie Diabético: Síntomas, Prevención y Cuidados (2023)
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El pie diabético se presenta como una preocupación crucial para las personas que viven con diabetes. Se trata de una complicación que impacta directamente en la salud de los pies, llevando consigo riesgos importantes si no se gestiona adecuadamente.
Comprender qué es el pie diabético, sus causas, síntomas y métodos de prevención es esencial para mantener la salud de los pies en personas con diabetes.
La Diabetes Mellitus (DM) es un problema de salud global que aumenta las posibilidades de complicaciones, siendo el pie diabético una de las principales.
Por tanto, el pie diabético es una complicación grave de la DM que afecta a los pies. Ocurre debido a los niveles altos de azúcar en sangre (hiperglucemia) que puede observarse en estos pacientes. Esta hiperglucemia propicia la neuropatía (daño en los nervios) y la enfermedad arterial periférica (estrechamiento de los vasos sanguíneos).
Según el Grupo de Trabajo Internacional de Pie Diabético (IWGDF), la falta de atención al pie diabético puede llevar a úlceras, infecciones graves e incluso amputaciones. Por este motivo, es vital que las personas con diabetes comprendan los riesgos y tomen medidas preventivas para mantener la salud de sus pies.
Además, cabe destacar que las personas con DM tienen un riesgo mucho mayor de necesitar la amputación de una parte de su pierna, en comparación con quienes no tienen diabetes. En la mayoría de los casos (alrededor del 85%), este mayor riesgo se debe a la presencia de heridas o lesiones previas en los pies, relacionadas con los problemas mencionados anteriormente: neuropatía y a veces también con la enfermedad arterial periférica.
La enfermedad del pie diabético no solo causa sufrimiento, también lleva a una elevada tasa de mortalidad tras la amputación. Expertos advierten que las amputaciones relacionadas con el pie diabético causan más fallecimientos en cinco años que el cáncer de colon o de mama.
Además, se recalca que el riesgo de muerte a los cinco años para un paciente con úlcera del pie diabético puede alcanzar hasta el 70% después de una amputación mayor.
En este contexto, se ha estimado que ha habido un 40% de reducción de la supervivencia de los pacientes con lesiones a los 5 años. Sin embargo, según IWGDF la mortalidad puede reducirse. Para ello, el IWGDF publica guías para ayudar a la prevención y el manejo de esta complicación en la sociedad.
La prevalencia del pie diabético varía según las regiones y los criterios de diagnóstico. En concreto, la prevalencia de padecer una úlcera en el pie para una persona que tiene DM es del 19-34%. Mientras que el pie diabético afecta entre el 3-4% de los pacientes que tienen DM en todo el mundo.
En España, por ejemplo, se ha observado que la polineuropatía diabética afecta al 22 % de la población diabética. Esta prevalencia incrementa con la edad y la duración de la diabetes.
Los datos resaltan que el 70% de las úlceras de pie diabético continúan abiertas tras 20 semanas de tratamiento. La enfermedad arterial periférica está presente en más del 50% de los pacientes con úlceras, y la infección afecta casi al 60% de estos casos, siendo la principal causa de amputación.
Con relación a la tasa de amputaciones de miembros inferiores en personas con DM, en España se estima que es alrededor de 3 por cada 1,000 individuos con diabetes. Estas cifras son aproximadamente el doble en hombres que en mujeres. A pesar de ciertas fluctuaciones, no se ha observado una reducción significativa en estas tasas en los últimos años. Comparativamente con otros países europeos, España muestra tasas de amputación que duplican la media reportada por 32 países.
Además, dentro de España se observan disparidades significativas en las tasas de amputaciones entre diferentes comunidades autónomas. Según los datos del Ministerio de Sanidad, Ceuta y Canarias son las comunidades autónomas con una mayor tasa de amputaciones en pacientes con DM. Estas diferencias destacan la necesidad de una atención sanitaria más uniforme y eficiente en todo el país.
El pie diabético se origina por múltiples causas que afectan los nervios y la circulación sanguínea en los pies. Por un lado, la neuropatía diabética, que daña la sensibilidad y puede ocasionar lesiones, juega un rol fundamental en su desarrollo. A su vez, la enfermedad vascular periférica disminuye el flujo sanguíneo, dificultando la cicatrización y aumentando el riesgo de amputación.
Además, factores como la hipertensión arterial, el tabaquismo, la obesidad y la falta de adherencia al tratamiento propuesto aumentan el riesgo de desarrollar esta condición.
Estos factores combinados, junto con infecciones y diferentes tipos de lesiones, como heridas mecánicas, térmicas o químicas, contribuyen al desarrollo del pie diabético.
Aunque, cómo hemos comentado, la causa principal del pie diabético radica en el daño progresivo que la diabetes ocasiona en los nervios y la enfermedad arterial periférica, el pronóstico de la enfermedad y el riesgo de amputación se asocian mayormente con la enfermedad arterial.
En concreto, presentar enfermedad arterial multiplica el riesgo de amputación por 15 en comparación con la neuropatía sola. Asimismo, el 80% de los pacientes ingresados en cirugía vascular son por isquemia crítica de la pierna y son diabéticos.
Por tanto, es esencial mantener un control adecuado de los niveles de azúcar en sangre para prevenir el daño nervioso y vascular que puede desencadenar esta condición.
El pie diabético comprende infecciones, úlceras o destrucción de tejidos profundos relacionados con alteraciones neurológicas y enfermedad vascular periférica en las extremidades inferiores. Sus síntomas pueden variar desde sensaciones de hormigueo o entumecimiento hasta heridas que no cicatrizan. Además, la enfermedad del pie diabético puede pasar desapercibida hasta que se encuentran en un estado avanzado.
En muchos de los casos, no se manifiestan síntomas sistémicos como fiebre, aumento de la frecuencia cardíaca o recuento elevado de glóbulos blancos. Este hecho hace que su detección sea más complicada. Sin embargo, existen signos o síntomas clave que podrían indicar la presencia de infección o complicaciones en el pie diabético.
Durante las visitas médicas, es esencial que el profesional de la salud pregunte a los pacientes diabéticos sobre la presencia de síntomas de neuropatía periférica. Estos síntomas son:
Además, se debe indagar sobre la posibilidad de síntomas de enfermedad vascular periférica. Dentro de los más comunes hay:
Es crucial mantener una observación constante para identificar posibles infecciones en el pie diabético y así poder iniciar un tratamiento a tiempo. Se debe considerar la posibilidad de infección si se observa:
Si experimentas alguno de los síntomas anteriores, es fundamental buscar atención sanitaria de inmediato.
La mayoría de las personas con diabetes pueden prevenir complicaciones graves en los pies mediante un cuidado regular y consultas médicas programadas. Estas acciones son importantes para prevenir que problemas menores se conviertan en situaciones graves, lo que puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida de quienes viven con diabetes.
El cuidado y tratamiento del pie diabético requieren un enfoque integral que abarca varios aspectos. La detección temprana implica una evaluación completa, que incluye la historia clínica del paciente, un examen físico detallado y pruebas neurológicas para detectar posibles pérdidas de sensibilidad y otros signos asociados.
El manejo de las úlceras en el pie diabético se realiza de manera multidisciplinaria, abordando la eliminación del tejido dañado, la restauración del flujo sanguíneo y el control metabólico. Esto incluye procedimientos como cultivos de heridas infectadas, obtención de muestras tisulares para un diagnóstico preciso y pruebas de imagen como radiografías y resonancias magnéticas para detectar complicaciones como la osteomielitis.
Para el tratamiento de las infecciones, se emplean terapias antibióticas basadas en la profundidad de la úlcera y su extensión. En casos de úlceras isquémicas graves, se considera la revascularización percutánea o quirúrgica. La amputación puede ser necesaria en situaciones de necrosis extensa o infecciones severas.
El seguimiento constante es esencial. Se requieren revisiones diarias para pacientes hospitalizados y controles frecuentes para pacientes ambulatorios. El control adecuado de la glucemia es fundamental para mejorar los síntomas y la calidad de vida de los pacientes con polineuropatía. Se utilizan diferentes enfoques farmacológicos según la naturaleza de los síntomas neuropáticos.
Además, es importante optimizar el control glucémico, el tratamiento de las heridas y evaluar la respuesta a las terapias empleadas para garantizar una mejor recuperación.
En cuanto a la medicación sugerida, es fundamental señalar que los tratamientos farmacológicos específicos para el pie diabético pueden variar según las necesidades individuales de cada paciente. Estos deben ser prescritos por profesionales de la salud. Algunos medicamentos comunes utilizados en el tratamiento del pie diabético incluyen:
La prevención es clave. El control riguroso del azúcar en sangre, el cuidado apropiado de los pies, el uso de calzado adecuado y visitas regulares al podólogo son elementos esenciales para prevenir el pie diabético y sus complicaciones.
La prevención y tratamiento exitoso del pie diabético depende de un equipo bien organizado y de un enfoque holístico. Las guías del International Working Group of Diabetic Foot (IWGDF) ofrecen pautas detalladas para la detección, tratamiento y seguimiento de úlceras en el pie diabético. Es fundamental la atención integral del paciente, desde la atención primaria hasta las unidades especializadas de pie diabético.
En concreto, el IWGDF recomienda la identificación temprana de pacientes en riesgo y la educación continua del paciente y profesionales. Asimismo, el empleo de calzado adecuado, el tratamiento de factores de riesgo y la organización de equipos multidisciplinarios para la atención, pueden ayudar en la prevención.
En España, las estrategias de detección y prevención del pie diabético varían entre comunidades autónomas. Si bien, en su mayoría se realizan en Atención Primaria por enfermería o médicos. Solo algunas regiones tienen convenios para la derivación a podología a través del Sistema Nacional de Salud.
En este contexto, la prevención, clave en el abordaje, se divide en tres niveles: primaria, secundaria y terciaria, con énfasis en la identificación temprana y la eliminación de factores de riesgo.
El primer paso para prevenir lesiones en los pies involucra identificar a los pacientes con riesgo a través de una anamnesis y una exploración específica. En esta evaluación se considera:
Durante la prevención primaria se enfatiza la importancia del control estricto de la glucemia. Asimismo, se efectúa el seguimiento de los factores de riesgo cardiovascular, la educación en el autocuidado de los pies y la detección de alteraciones biomecánicas. Los pacientes con neuropatía periférica diabética y enfermedad vascular periférica deben ser evaluados por especialistas para confirmar el diagnóstico y establecer tratamientos específicos.
Además, se destaca la importancia de un programa de educación específica para el autocuidado de los pies, la valoración podológica para determinar patrones mecánicos y la prescripción de tratamientos personalizados. También, se recomienda realizar pruebas de cribado de enfermedad vascular periférica mediante la palpación de pulsos y la técnica de medición del índice tobillo-brazo (ITB).
En la prevención secundaria, se aborda el tratamiento de las úlceras en el pie diabético y la prevención de amputaciones. Se detalla cómo caracterizar las úlceras, evaluando su extensión, profundidad y presencia de complicaciones, y se establece su gravedad.
Por otro lado, se hace hincapié en la importancia de confirmar la infección mediante pruebas de laboratorio y en la realización de pruebas de imagen para determinar su extensión y severidad.
En la prevención terciaria se trata la úlcera o gangrena. En los casos de amputación, la prevención terciaria consiste en la rehabilitación.
En la prevención primaria del pie diabético, la educación en salud emerge como un pilar fundamental para quienes viven con esta condición.
Esta formación integral abarca una serie de directrices vitales que, cuando se siguen con cuidado, pueden reducir significativamente el riesgo de desarrollar complicaciones en los pies.
La educación sanitaria no solo se limita a estos tres puntos fundamentales, sino que también abarca información detallada sobre cómo realizar el cuidado personal de los pies. Esto incluye la higiene adecuada, la elección del calzado correcto y la forma de mantener la piel de los pies en buenas condiciones.
Estos principios potencian la capacidad del paciente para cuidar activamente de sus pies y colaborar de manera proactiva con su equipo médico. La educación y el cuidado personal son un empoderamiento que permite a quienes viven con diabetes tener un mayor control sobre su salud y bienestar general.
En resumen, el pie diabético representa una seria complicación para quienes viven con diabetes, con el potencial de causar daños graves, infecciones y amputaciones si no se maneja adecuadamente.
Su prevención y tratamiento dependen en gran medida de la educación constante, la detección temprana de síntomas y la atención integral.
A través del control glucémico riguroso, el cuidado diario de los pies y la colaboración con equipos médicos, se pueden mitigar significativamente los riesgos asociados con esta condición. La necesidad de una atención uniforme y eficiente es crucial para reducir la carga del pie diabético y mejorar la calidad de vida de quienes lo padecen.
¡Cuida tus pies, cuida tu salud!
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