10 Mitos y realidades sobre la insulina y la diabetes
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La insulina es una parte fundamental del tratamiento para muchas personas con diabetes. Se estima que alrededor de 12 millones de personas con diabetes tipo 2 en México necesitan insulina para controlar sus niveles de glucosa en sangre, de acuerdo a datos de la Federación Mexicana de Diabetes.
Desafortunadamente, persisten muchos mitos y conceptos erróneos sobre este importante medicamento descubierto en 1921 por los científicos Frederick Banting y Charles Best. Es hora de aclarar la verdad detrás de los mitos más comunes sobre la insulina.
De acuerdo a organizaciones de diabetes como la Federación Mexicana de Diabetes, muchas personas con diabetes tipo 2 tratan de evitar o posponen el inicio del tratamiento con insulina por miedo o desinformación. Piensan que la insulina les hará más daño que beneficio o que significa que han fracasado en controlar su padecimiento.
Sin embargo, retrasar la insulina cuando los medicamentos orales ya no logran controlar los niveles de glucosa puede tener graves consecuencias, ya que provoca un control glucémico deficiente a largo plazo, lo que aumenta el riesgo de complicaciones serias como enfermedad cardiovascular, daño renal, retinopatía diabética e incluso amputaciones.
Por eso, resulta primordial desmentir los mitos más frecuentes sobre la insulina, para que las personas con diabetes que la necesitan no tengan temor de usarla y puedan mejorar su calidad de vida.
Realidad: Tanto personas con diabetes tipo 1 como tipo 2 pueden necesitar insulina para controlar sus niveles de glucosa en sangre, también conocida como azúcar en la sangre.
La diabetes tipo 1, antes llamada diabetes insulinodependiente, es una enfermedad autoinmune en la que el páncreas deja de producir insulina por completo debido al ataque del sistema inmunológico a las células beta productoras de insulina. Por ello, las personas con diabetes tipo 1 requieren inyecciones de insulina exógena desde el momento del diagnóstico para sobrevivir.
En cambio, en la diabetes tipo 2 el páncreas sí produce insulina, pero el cuerpo presenta resistencia a la acción de la misma. Al inicio se pueden usar medicamentos orales para controlar los niveles de glucosa en sangre, pero conforme avanza la enfermedad, la producción de insulina por el páncreas se va deteriorando. Es así que una gran proporción de personas con diabetes tipo 2 van a necesitar insulina en alguna etapa para mantener un control glucémico adecuado.
De hecho, estudios endocrinológicos estiman que entre el 20% y el 30% de los pacientes con diabetes tipo 2 necesitarán tratamiento con insulina en algún momento de la evolución de su enfermedad.
Así que, contrario a la creencia popular, la insulina no es exclusiva para la diabetes tipo 1. Ambos principales tipos de diabetes mellitus pueden requerir insulinoterapia, ya sea desde el inicio o avanzada la enfermedad.
Realidad: Necesitar insulina no significa que hayas fracasado en el control de tu diabetes ni que no te hayas esforzado lo suficiente con la dieta, ejercicio y medicamentos orales. Requerir insulina es parte de la progresión natural de la diabetes tipo 2 en un gran número de pacientes debido a que es una enfermedad crónica y progresiva.
Con el paso de los años y conforme va disminuyendo la capacidad de las células beta del páncreas para producir insulina, la mayoría de las personas con diabetes tipo 2 van a necesitar insulina para mantener los niveles de glucosa dentro del rango recomendado y prevenir complicaciones.
Iniciar el tratamiento con insulina cuando el médico lo indique no debe verse como un fracaso personal, sino como una decisión inteligente y positiva para cuidar la salud. La insulinoterapia ayudará a tener un mejor control de la diabetes y a reducir el riesgo de complicaciones. Lejos de ser motivo de frustración o vergüenza, debe considerarse como el siguiente paso lógico en el manejo óptimo del padecimiento.
Realidad: Este es uno de los mitos más dañinos y que más miedo genera en torno al uso de la insulina. Nada más lejos de la realidad: la insulinoterapia bien utilizada ayuda a mejorar el control de la diabetes y la salud general a largo plazo.
Al contrario de lo que muchos pacientes creen, cuando se inicia el tratamiento con insulina bajo supervisión médica, es muy probable observar una mejoría sustancial en los niveles de glucosa en sangre, así como una reducción de síntomas derivados de la hiperglucemia.
Y es que la insulina es una hormona que las personas con diabetes tipo 2 dejan de segregar en cantidades suficientes. Inyectarse insulina permite reponer o complementar esta hormona tan necesaria para mantener los valores de glucosa dentro de metas saludables y así prevenir o retrasar la aparición de complicaciones.
En síntesis, lejos de empeorar la diabetes, el uso juicioso de insulina bajo prescripción médica ayuda a proteger la salud de los pacientes.
Realidad: Absolutamente falso. No existe evidencia científica de que la insulina cause o empeore problemas de visión cuando se usa de forma correcta y bajo supervisión médica.
De hecho, mantener un control glucémico dentro del rango recomendado con ayuda de insulina si es necesario, protege la salud ocular y reduce el riesgo de desarrollar retinopatía diabética.
La retinopatía diabética es una complicación ocular causada por el daño progresivo a los pequeños vasos sanguíneos de la retina debido a muchos años de hiperglucemia. Usar insulina para mantener glucosa estable ayuda a prevenir esta y otras complicaciones.
La insulina es una hormona natural del cuerpo humano y su uso terapéutico está ampliamente documentado por casi un siglo desde su descubrimiento. No existen evidencias de que cause daños en la visión. Al contrario, el mayor riesgo de ceguera está en no controlar adecuadamente la glucosa.
Realidad: Al igual que con la visión, este extendido mito es completamente falso. La insulina no provoca ningún daño a la función renal; de hecho, ayuda a preservar la salud de los riñones al permitir un mejor control de los niveles de glucosa en sangre.
Lo que realmente puede causar daño renal y llevar a enfermedad renal crónica es la hiperglucemia crónica, es decir, tener los niveles de glucosa elevados por muchos años. Esto puede dañar los pequeños vasos sanguíneos que irrigan los riñones.
Por el contrario, el uso de insulina contribuye a mantener la glucosa dentro de límites saludables, protegiendo así la función renal. La insulina por sí misma no causa ningún efecto adverso sobre los riñones. De hecho, el retrasar su uso cuando es necesario es lo que pone en mayor riesgo la salud renal de los pacientes con diabetes.
Realidad: Es un mito ampliamente difundido que la insulina misma provoque aumento de peso, pero lo cierto es que no existe evidencia científica directa que sustente esto. Existen otros factores que explican el posible aumento de peso cuando se inicia la insulinoterapia:
Llevando una alimentación saludable, actividad física regular y monitorizando de cerca la dosis de insulina, es totalmente posible evitar el aumento marcado de peso al hacer la transición a la terapia con insulina.
Realidad: Afortunadamente, las inyecciones de insulina hoy en día son generalmente indoloras gracias a los avances en las jeringas, agujas y dispositivos de administración.
Las jeringas de insulina modernas son ultra delgadas, de 8mm o menos de longitud, con agujas muy finas de calibres 31G, 32G o 33G. Esto permite introducir la insulina en el tejido subcutáneo de forma prácticamente indolora. Además, usan tecnologías de lubricación y pulido para facilitar aún más la inserción.
Se pueden usar áreas del cuerpo con más tejido adiposo como el abdomen, los muslos y los brazos para inyectar insulina sin dolor. También existen los modernos dispositivos de infusión de insulina sin agujas que mediante un sistema de catéter introducen la insulina de forma totalmente indolora.
En resumen, no debemos tener más miedo al dolor de las inyecciones con los avances actuales en dispositivos y agujas para insulina.
Realidad: En la mayoría de los casos es cierto que la insulinoterapia debe mantenerse de forma indefinida una vez iniciada, especialmente en personas con diabetes tipo 1. Sin embargo, en algunos pacientes con diabetes tipo 2 bien controlada y bajo estricto seguimiento médico, puede ser posible suspender la insulina en determinado momento.
En pacientes muy motivados que logran bajar una cantidad importante de peso, mejorar sustancialmente sus hábitos alimenticios y de actividad física, en algunos casos se podría intentar con mucha precaución suspender la insulina para ver si con medicamentos orales y cambios en el estilo de vida pueden mantener un control glucémico adecuado.
Sin embargo, en la mayoría de los casos la producción de insulina propia del páncreas no se recupera, por lo que la insulinoterapia debe mantenerse de forma indefinida. Es un tema que debe consultarse directamente con el médico tratante.
Realidad: La insulina ha sido usada para tratar la diabetes por casi 100 años. Es un medicamento sumamente estudiado y seguro cuando se usa de forma adecuada bajo prescripción y supervisión médica.
Los efectos secundarios más comunes, como la hipoglucemia (azúcar baja en sangre) por exceso de dosis y el aumento de peso, son leves y se pueden manejar fácilmente con ajustes en la dosis, dieta y ejercicio.
Rara vez se presentan reacciones alérgicas. Otros efectos adversos poco frecuentes son la lipodistrofia en el sitio de inyección por no rotar adecuadamente las zonas de punción, o un leve engrosamiento de la piel. Ninguno representa un peligro grave para la salud.
Los beneficios claramente comprobados de la insulina para lograr un control glucémico óptimo y prevenir complicaciones graves de la diabetes superan ampliamente los pocos efectos secundarios leves que pueda tener este medicamento.
No hay motivo para temer a la insulina por sus efectos adversos, pues éstos son manejables y los médicos enseñarán cómo prevenirlos y controlarlos de forma segura.
Realidad: La terapia con insulina está indicada en cualquier persona con diabetes tipo 1 o tipo 2 que la necesite para controlar sus niveles de glucosa en sangre, independientemente de la edad del paciente o estado de avance de su padecimiento.
Los candidatos ideales para iniciar insulinoterapia son aquellas personas, jóvenes o mayores, que a pesar de tomar medicamentos orales y llevar una alimentación saludable y ejercicio, no logran alcanzar sus metas de control glucémico. También, en el caso de diabetes tipo 1, deben comenzar insulina inmediatamente.
La insulina se puede indicar en cualquier persona con diabetes que la necesite para controlar sus niveles de glucosa, y puede usarse de forma segura bajo supervisión médica. Es un error pensar que la insulina es sólo para casos graves o avanzados. Se emplea tanto en niños como adultos mayores con excelentes resultados. Lo importante es iniciarla de manera oportuna cuando el médico lo indique.
Entender estas realidades sobre la insulina es clave para que las personas con diabetes que la necesiten puedan superar mitos e iniciar este tratamiento de forma oportuna y segura. La educación y comunicación honesta sobre este medicamento salva-vidas es esencial.
La insulina es una hormona que se produce en el páncreas y ayuda a controlar los niveles de glucosa en la sangre. Es importante en el tratamiento de la diabetes.
No, las personas con diabetes tipo 2 también pueden necesitar insulina para controlar su glucosa, especialmente conforme avanza la enfermedad.
No, necesitar insulina es parte de la progresión natural de la diabetes tipo 2 en muchas personas. No significa fracaso, sino cuidar tu salud.
No directamente. Con una alimentación saludable y ejercicio se puede evitar subir de peso.
No, las agujas actuales son muy delgadas y la inyección es prácticamente indolora.
Conforme avanza la diabetes, la producción de insulina disminuye y se necesita insulina adicional para controlar la glucosa.
Usualmente sí. Pero en algunos casos de diabetes tipo 2 bien controlada se puede suspender bajo supervisión médica.
Pocos y leves, como hipoglucemia o aumento de peso. Nada peligroso si se usa correctamente.
Sí, tu médico te enseñará la técnica para aplicártela de forma sencilla y segura.
No directamente. El aumento de peso se puede deber a otros factores. Con una buena alimentación y ejercicio se puede mantener el peso.
No necesariamente. Debes mantener una alimentación saludable y equilibrada según te indique tu médico.
Sí, el ejercicio es importante para controlar el peso y la glucosa. Solo toma precauciones para evitar hipoglucemia.
Hay varios tipos: insulina de acción rápida, intermedia y prolongada. Tu médico decidirá cuál es mejor para ti.
En la rapidez y duración de su acción para controlar la glucosa. Por ejemplo, la de acción rápida actúa en 30 minutos y dura 3 horas.
Usualmente no. debes usar cada tipo por separado según la prescripción de tu médico para evitar problemas.
Sí. Mantener una glucosa estable con insulina previene daño a órganos y tejidos.
Sí, la insulina ayuda a prevenir la retinopatía diabética al controlar la glucosa.
Así es. Prevenir la hiperglucemia con insulina evita el daño a los vasos sanguíneos de los riñones.
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